España encabeza la lista de países consumidores de prostitución (39%) en Europa. (La trata con fines de explotación sexual, informa de APRAM, septiembre de 2011).
Según los datos del CIS el 95% de la ciudadanía está a favor de la consecución de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Sin embargo, una parte importante, el 55% reconoce que existen desigualdades muy o bastantes grandes.
El modelo de familia en el que ambos miembros trabajan y se reparten las tareas del hogar es el que predominantemente prefiere la población española (72%), frente a los modelos más clásicos como el que solo un miembro tiene trabajo remunerado y el otro se encarga del cuidado del hogar e hijos (11%), o como el que uno de los miembros tenga un trabajo remunerado de menor dedicación para dedicarse más intensamente a las tareas familiares (15%).
Más del 90% de la sociedad española opina que la ley debe asegurar la igualdad de oportunidades. Pero, al descender a lo concreto, una parte importante de la población considera que la igualdad en el mundo laboral depende más de las mujeres que de cualquier ley, y que la conciliación es un tema privado y de nada sirve la intervención de las instituciones.
Más de la tercera parte de la población considera que, si fuera necesario, la mujer es el miembro de la pareja que debería reducir su dedicación al trabajo remunerado para cuidar del hogar y los hijos. (Tercer Informa sobre la situación sociolaboral de las mujeres en España aprobado por el Consejo Económico y Social el 30 de noviembre de 2011)
En 2016, las mujeres dedican en promedio 1 hora y 57 minutos diarios más al conjunto de actividades de hogar y familia que los hombres. Esto sucede en todos los tipos de hogares, pero especialmente en el caso del hogar formado por pareja con hijos, en que la dedicación diaria de la mujer casi duplica la dedicación del hombre 4 horas y 37 minutos la mujer, 2 horas 34 minutos el hombre). Las madres solas con algún hijo dedican menos tiempo a estas tareas que las que están casadas, tanto si tienen hijos como si no los tienen. Es decir, compartir la vida con un varón adulto da más trabajo a las mujeres que criar solas a uno o más menores.
En el caso de los jóvenes estudiantes resulta que ha descendido la proporción de muchachos que realizan alguna actividad doméstica, mientras que entre las chicas no ha variado.
Según la ley, las seis semanadas inmediatamente posteriores al parto deben ser disfrutadas por la madre, pero ésta puede ceder el disfrute de las diez semanas restantes al padre. Solo el 1,8% de los hombres comparte con su mujer la baja maternal.
Respecto a las prestaciones por paternidad, en 2010 se han acogido a ellas 275.637 hombres, frente a 326.571 mujeres, es decir, el 84,4% de los padres han disfrutado del permiso de paternidad.
Las excedencias por cuidado de hijos e hijas o cuidado de familiares son cosa de mujeres. En 2010, para cuidado de menores a cargo, habían solicitado excedencia 33.251 mujeres frente a 1.567 hombres (4,7%), y para cuidado de familiares, 5.215 mujeres frente a 921 hombres (17,6%). La mayoría de los varones las solicitan por periodos entre 1 y 3 meses, mientras que la mayoría de las mujeres supera los 6 meses. El 22,7% de las mujeres con al menos un hijo o hija menor de 8 años declara haber reducido su jornada frente al 3,5% de los hombres.
( Varela, V. Cansadas. Una reacción feminista frente a la nueva misoginia. Ediciones B. Barcelona. 2017)