Saint Simon se interesó por el pensamiento científico socialista y por la posibilidad de conectar la nueva economía emergente de la revolución industrial con el cristianismo.
Propugnó una organización social dirigida por un industrialismo en el que los hombres más capaces y los científicos promoverían la riqueza y la libertad (opuesta al estado feudal), y en donde la ciencia y la técnica comenzarían a construir un nuevo orden.
La sensibilidad mostrada ante el avance de los efectos indeseados de la revolución industrial, muestra la cara más amable de su propuesta teórica, que muchos juzgan falta de rigor y claridad, pero siempre matizada por el intento de devolver un carácter de dignidad a los trabajadores industriales.
La religión y el cristianismo pueden constituirse en factores que deberían guiar el cambio para mejorar las condiciones de los más pobres.
(AA.VV. Diccionario de sociología Universidad Rey Juan Carlos. ESIC Editorial. Madrid. 2004)