"La humanidad tiene medios para acabar con la pobreza"
"Feliz y juzgado o bien absuelto y miserable"
“No conocemos ninguna religión que no discrimine ... En ninguna de ellas a la mujer se le ha reconocido su libertad individual”
“Cuando se quiere la democracia, se quiere el feminismo”
"La nación tiene necesidad no sólo de lo que tenemos, sino también de lo que somos"
"Es mejor saber después de haber pensado y discutido que aceptar los saberes que nadie discute para no tener que pensar"
"Los hombres, aunque han de morir, no nacieron para morir, sino para innovar"
"Es dudoso que se pueda remediar esta lepra que nos mata sin antes suprimir los partidos políticos"
Te lo desmonto con tres argumentos:
1.Este lema se utiliza para invisibilizar la desigualdad y la violencia machista.
2.Afirmar que la violencia machista existe no significa negar la existencia de otros tipos de violencia.
3.La violencia sí tiene género porque el sistema tiene género.
“La violencia no tiene género” es una de esas frases que suenan neutrales, pero que, en realidad, invisibilizan la violencia que sufrimos las mujeres. Cualquier persona puede ejercer violencia a título individual: hombres, mujeres, niños, niñas. Pero hay un elemento fundamental que cambia el análisis: la estructura social. Cuando desde el feminismo denunciamos el clima de violencia no se trata solo de actos individuales, sino de patrones sistémicos. En el caso de la violencia machista, no estamos hablando de conflictos aislados entre personas; existe una violencia estructural que coloca a los hombres en posiciones de poder y a las mujeres, de subordinación.
Decir: “La violencia no tiene género” borra por completo las dinámicas de poder que causan que la violencia machista sea una de las más comunes y normalizadas del mundo.
Esta frase suele ser usada para relativizar o negar la violencia que sufrimos las mujeres, como si hablar de violencia machista fuese injusto porque “los hombres también sufren”. Vamos a pararnos aquí un momento. Coge aire porque hace falta paciencia para explicar por vigésima vez lo más básico de lo básico. Existen muchísimos tipos de violencia: machista, racista, de clase, intragénero, familiar… Poner encima de la mesa que las mujeres sufrimos un tipo de violencia por el hecho de ser mujeres no significa negar la existencia de otros tipos.
No estamos hablando de quién sufre más, Esto no es una competición. Hablamos de que la violencia que sufrimos las mujeres tiene un origen estructural, producto del machismo que sirve vigente en nuestra sociedad.
Y aquí vemos otra trampa, que es confundir los conflictos o agresiones puntuales con algo estructural. Por ejemplo: si una mujer insulta o agrede a un hombre, eso no es violencia machista. Es un conflicto entre dos personas, sí, pero no tiene la misma carga histórica, social y estructural que una agresión de un hombre a una mujer porque esta última está enraizada en un sistema que nos oprime. No es lo mismo que alguien actúe con violencia de forma individual a que exista una violencia sistemática y tolerada culturalmente.
Quienes defienden esta frase no lo hacen por preocupación genuina por las víctimas, sino para no atender a las violencias que estamos señalando las mujeres. Es una forma de proteger el statu quo porque admitir que existe un problema de violencia de género implica reconocer el machismo y sus privilegios, y eso les incomoda. Además, esta frase se usa muchas veces para justificar discursos de odio contra las mujeres o para victimizar a los hombres, ignorando que ellos no son un grupo históricamente oprimido.
No es posible analizar la violencia sin mirar el contexto social en el que ocurre. Y, en este sistema patriarcal, el género es un factor determinante de quién tiene el poder y quién padece las consecuencias. El género funciona como canalizador de esa violencia que sufrimos por nuestro sexo. Si realmente queremos acabar con todas las formas de violencia, necesitamos nombrarlas, analizarlas y desmontar las estructuras que las sostienen.
¿Te suena el White Lives Matter, la respuesta racista que hubo en Estados Unidos después del movimiento Black Lives Matter? Un montón de blancos indignados salieron a las calles a gritar que las vidas blancas también importan, y con ello querían decir que el racismo no existe porque todas las vidas valen lo mismo- tremenda carambola-. Pues es la versión racista de este mismo argumento machista. Claro que todas las vidas importan, nadie dice lo contrario. Pero lo que ponemos las feministas encima de la mesa es hablar de las violencias estructurales que derivan del machismo. Y si no nombramos a las cosas por su nombre, ¿cómo vamos a combatirlas? El feminismo no busca negar otras violencias; busca eliminar una de las más arraigadas y normalizadas.
NUESTRA RESPUESTA: HAY VIOLENCIA QUE SÍ TIENE GÉNERO Y SE LLAMA VIOLENCIA MACHISTA.
(Júlia Salander. Fuego al machismo moderno. Penguin Random House Grupo Editorial. Barcelona. 2025)
Te lo desmonto en tres argumentos:
1.Las mujeres generamos menos accidentes y, por lo tanto, pagamos menos en los seguros de coches.
2.Ellos tienen más accidentes, reciben más multas de velocidad, cometen más infracciones de alcohol y drogas, se saltan más señales de tráfico.
3.Paco, no eres Fernando Alonso. Estás conduciendo por la M-30, compórtate.
Leer más: ALGUNAS MENTIRAS DEL MACHISMO: LAS MUJERES CONDUCEN PEOR
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