En el estudio realizado por la socióloga Carmen Ruiz Repullo, impulsado por el Instituto Andaluz de la Mujer, se constata que la mayoría de las víctimas sufren violencia sexual camuflada por el “falso consentimiento” y condicionada por el modelo de sexualidad imperante. Esto significa que muchas jóvenes consienten relaciones sexuales que no quieren tener.
Está demostrado que los abusos de los chicos hacia las chicas comienzan en la infancia. Según una investigación cualitativa realizada por la Comunidad de Madrid, algunos niños empiezan a tener conductas de desprecio hacia las niñas y las molestan solo por el hecho de ser niñas. Incluso puede llegar a haber agresiones físicas en las que el niño quiere poner a la niña en su sitio. Cuando pasa el tiempo y llegan a la adolescencia, casi todas las formas de relacionarse se recrudecen: por ejemplo, los chicos tocan el culo a las chicas o sus tetas en público para demostrar su valentía. Este es el comienzo de una sexualidad en la que desprecian e ignoran el deseo de sus compañeras y se centran en su propia satisfacción.
Además, con la intención de demostrar su superioridad, los chicos comienzan a hacer comentarios despectivos hacia las chicas, referidos a su cuerpo (culo, tetas) o insultos hacia un estándar de feminidad convencional (gorda, fea, marimacho).
En la adolescencia comienzan a tener las primeras relaciones de pareja y se establecen sin tener en cuenta unas expectativas comunes, por lo tanto, suele ocurrir que una parte intente controlar a la otra, imponer sus opiniones y esto derive en discusiones y desencuentros que deberían resolver con sus habilidades de diálogo y negociación, pro que en ocasiones se resuelven con formas de control: aparecen los celos, como si fuera un sentimiento de amor. Pero, como sabemos, chicas y chicos tienen que saber que las personas son libres incluso cuando están en pareja, que se pueden establecer expectativas, pero que estas no deben nunca cercenar la libertad de la otra persona. Los celos denotan inseguridad, control, y son una forma de violencia que hay que evitar completamente. Ya que con el objetivo de que la pareja no se enfade, las chicas van cediendo y evitan cierto tipo de comportamientos, e incluso dejan de lado amistades, pudiendo llegar al aislamiento.
Chicos y chicas deben saber que en las relaciones de pareja ambas partes son libres y que su a una de las partes no le gusta la forma que tiene de relacionarse la parte contraria, lo más eficaz es abandonar la relación sentimental.
( Iria Marañón. Educar en el feminismo. Plataforma Actual. Barcelona. 2018)