Los lapsus freudianos son equivocaciones en el habla, fallos de memoria o despistes en actos físicos que supuestamente son causados por la interferencia de nuestros deseos o conflictos inconscientes. Por eso se dice que los lapsus desvelan los verdaderos pensamientos de una persona. Se llaman así por Sigmund Freud, que en su libro de 1901, Psicopatología de la vida cotidiana, describía y analizaba un gran número de errores, aparentemente triviales, extraños o sin sentido que, según él, eran muy reveladores de las verdaderas motivaciones de la persona que los cometía (aunque, en realidad, él nunca los denominó lapsus freudianos). Por ejemplo, si llamas a tu marido por el nombre de tu padre, puedes estar sugiriendo, subconscientemente, que ves a tu marido como una figura paterna, un detalle que los seguidores de los enfoques psicodinámicos podrían utilizar para explicar problemas conyugales.
Un ejemplo famoso de un lapsus freudiano tuvo como protagonista al Papa Francisco en 2014: utilizó la palabra italiana cazzo (que se traduce como “polla”), en lugar de caso (que significa “ejemplo”) en un sermón en el Vaticano. Aunque se autocorrigió rápidamente, el lapsus salió publicado en decenas de sitios web. Si buscas “lapsus freudianos” en internet, encontrarás muchos ejemplo de lapsus de famosos y políticos que ha sido inmortalizados a través de las redes sociales.
(Dra Sandi Mann. La Biblia de la Psicología. Tú, este libro y la ciencia de la mente. Ediciones Gaia. Madrid. 2016)